La opinión y comentarios manifestados son responsabilidad de quien los emite, y no reflejan necesariamente el pensamiento de
DESDElared, ni de sus editores.

200x2
 
Otto Granados RoldánOtto Granados Roldán:
- Licenciatura en Derecho, por la Universidad Nacional Autónoma de México
- Maestría en Ciencia Política, por el Colegio de México

Actualmente
- Profesor-investigador de tiempo completo en el Tecnológico de Monterrey
- Co-dirige programas académicos de capacitación para funcionarios públicos en el Centro de Estudios sobre México de la Unión Europea y la Fundación Ortega y Gasset
- Director del Instituto de Administración Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey  (ITESM), a nivel de todo el sistema.
- Imparte  conferencias y seminarios en México y en el extranjero, y realiza actividades editoriales y de consultoría.

Cargos ocupados
en el Sector Público

- Consejero del Fondo de Cultura Económica y de BANOBRAS
- Secretario Particular del Secretario de Educación Pública
-  Oficial Mayor de la Secretaría de Programación y Presupuesto
-  Director General de Comunicación Social de la Presidencia de la República
-  Gobernador del estado de Aguascalientes (1992 a 1998)
- Consejero de la Embajada de México en España
-  Embajador de México en Chile

 
Aguascalientes
 
 
 
 
 
 
 
 
10
IR A PAGINA DE INICIO
Enviar comentario Imprimir Buscar en DESDElared
COMPARTIR
 
Compartir
Linkedin
HETERODOXIAS

Reformas minimalistas

2012-09-19

Aguascalientes, Ags.- En la muy vieja escuela de los asuntos públicos, solía decirse que la política es el arte de lo posible. En la nueva, en cambio, que la política es el arte de hacer posible lo necesario. Parece una cuestión semántica, pero entre ambas frases hay una diferencia conceptual abismal relacionada con el impacto real de las decisiones públicas. Véase por ejemplo el caso de la reforma laboral.

Todo indica que la iniciativa presentada será aprobada sólo en sus aspectos económicos, es decir, aquellos que teóricamente podrían tener un efecto relevante en la flexibilización del mercado laboral y, se supone, en la creación de empleos. En este enfoque minimalista, comprado con pasmosa ingenuidad por varios comentaristas, subyacen sin embargo dos problemas graves.

Por un lado, una reforma que aborde nada más esa parte puede ser relativamente útil porque entre otras cosas abarata los costos de contratación y despidos y quizá tenga, por ende, efectos profilácticos en la impartición de justicia laboral, un increíble cuello de botella en una economía tan heterogénea y abierta como la mexicana. Eso, ciertamente, es mejor que nada.

Pero, a decir verdad, la reforma no hará sino darle carta de naturalización a un fenómeno que data de finales de los años ochenta del siglo pasado cuando empezaron a proliferar en México inversiones extranjeras en sectores como el retail o las franquicias y, a su amparo, el sindicalismo blanco. Calcular que una reforma tan tibia como la que se pretende ahora va a generar automáticamente cientos de miles de nuevos empleos es, en el mejor de los casos, una ilusión.

Y, por otro lado, a estas alturas una reforma laboral tan modesta no resuelve el asunto de fondo que es no sólo el bajo crecimiento del producto sino que los bienes y servicios que genera la economía mexicana son de poco valor agregado, de baja productividad o innovación y, naturalmente, el tipo de empleo que crea no ayuda a formar capital humano competitivo ni solventa las necesidades adecuadas de ingreso de un trabajador. Los datos más recientes del INEGI (junio 2012) indican que hoy los ingresos nominales de los trabajadores ocupados observan una caída real de 13.4% en relación con el mismo periodo de 2007.

Por último, graciosamente se suprime de la discusión el asunto de la transparencia en las finanzas sindicales. No es un asunto menor. Se trata, desde luego, de un imperativo moral, pero también económico porque un sindicalismo moderno debiera sostener su existencia en negociaciones (salariales y de todo tipo) asociadas al logro de metas concretas como productividad o competitividad y no, como sucede hoy, a complicidades políticas y clientelares.

No deja de ser decepcionante que a estas alturas quienes tienen en sus manos decisiones públicas relevantes sean incapaces de mirar lo que pasa con la economía global y el mundo del trabajo, y superar el minimalismo de lo posible para ser audaces y hábiles en la construcción de lo necesario

 
Reproducido con la autorización de La Razón

         
ARTÍCULOS ANTERIORES
 
 
 
 
 
 
 
Busque aquí productos y
servicios en México
 
 
 

desdelared.com.mx

4

3

2

1

Desarrollo: Desde Aguascalientes, S.A. de C.V...

© Para la reproducción parcial o total de DESDELARED.COM.MX, en cualquier medio, se requiere citar la fuente.
DESDElared. Periódico de Aguascalientes con noticias diarias por Internet