México es el país número 10 en el mundo, pero en generar basura. El problema es que los desechos (orgánicos, inorgánicos, líquidos, etc.) si no son debidamente tratados, pueden ocasionar problemas de salud, amén de la contaminación ambiental y los malos olores que despiden.

Según estimaciones oficiales, los mexicanos producimos anualmente más 30 millones de toneladas de basura y de este total, 25% va a dar directamente a las calles.

El fenómeno tiene su origen en el incremento de la población y el consumo exagerado de objetos innecesarios desechados casi siempre en un periodo corto, como son los bienes de consumo, muchos de los cuales se presentan envueltos en papel, plástico o cartón; a esto se suma la abundante propaganda y publicidad impresa en papel y repartida en la vía pública y que, casi siempre, es arrojada a la calle. El comercio, las escuelas y otras instituciones tiran diariamente enormes cantidades de papel. La proporción de los diferentes materiales varía, pero en nuestros días siempre predominan el papel y los plásticos.

Existen diversas ideas de lo que significa el concepto de basura, pero la mayoría de ellas coinciden con que se trata de todos los desechos mezclados que se producen como consecuencia de las actividades humanas, ya sean domésticas, industriales, comerciales o de servicios. También se considera como basura los objetos de los que nos deshacemos porque dejaron de prestarnos utilidad. En estos casos se encuentran grabadoras, cámaras fotográficas, licuadoras, y mucho más que, de hecho, no son basura, porque podrían ser usados nuevamente, en forma total o parcial.

La basura generada en el país se distribuye de la siguiente manera: 31% son residuos alimenticios; 14.2%, papel y cartón; 9.8%, desechos de jardinería; 6.6%, vidrio; 5.8% plástico y 32.6%, otros no especificados. Del total de la basura obtenida, sólo 77% de los residuos se recolecta oportunamente, y de éstos, únicamente 50% se dispone o recicla de manera segura, el resto -57 mil toneladas diarias de basura en todo el país- queda abandonada a cielo abierto en cañadas, caminos, lotes baldíos y cuerpos de agua, así como en tiraderos clandestinos. Sólo 53% de la basura se dispone en rellenos sanitarios y tiraderos controlados, debido a que carecemos de infraestructura moderna y adecuada para la separación, recolección, transporte, tratamiento, reciclaje y disposición final segura de residuos municipales.

Aumenta a 50% la basura no biodegradable

Día a día aumenta la generación de desechos, ya sean gaseosos, sólidos o líquidos. A ellos contribuye la explosión demográfica, el desarrollo económico y el crecimiento de los grandes centros urbanos. Por regiones, la centro, con el Distrito Federal incluido, genera 62% del total de los residuos del país. En cuanto al tipo de materiales que componen los desechos hay un cambio sustancial: hace medio siglo, 5% de la basura era material no biodegradable, y en la actualidad éste aumentó a 50%.

El manejo de los desechos sólidos se resume a un ciclo que comienza con su generación y acumulación temporal, continuando con su recolección, transporte y transferencia y termina con la acumulación final de los mismos. Es a partir de esta acumulación cuando comienzan los verdaderos problemas ecológicos, ya que los basureros se convierten en focos permanentes de contaminación de los suelos y  el agua y se corre el riesgo de que se introduzcan tóxicos en la cadena alimentaria.

Tecnología para reciclar 100% de los desechos

Con respecto a este tema, se sabe que ya hay tecnologías de alta calidad que no sólo hacen obsoletos los “tiraderos a cielo abierto” y los rellenos sanitarios, sino que son capaces de generar productos para el mercado local donde operan las plantas de reciclaje, según afirman los promotores de las mismas.

Se dice que las plantas que usan estas tecnologías eliminan, separan y reciclan 98% de la basura. El 2% restante lo encapsulan y lo reutilizan en la industria de la construcción o en la agricultura. No generan agentes contaminantes y tienen cero emisiones de algún tipo hacia la atmósfera o el suelo, por lo que pueden operar en zonas residenciales o industriales.

Algunas marcas presumen que sus instalaciones, además de estar libres de emisiones y probadas contra accidentes, son capaces de resistir un terremoto de hasta 9.5 grados, en la Escala de Richter.

Las plantas de energía renovable --como las llaman--, dan una solución total a las grandes y medianas ciudades o zonas metropolitanas, pues reciben el 100% de los desperdicios sólidos, aguas residuales y lodos, y pueden procesar diariamente de 1,500 a 15,000 toneladas métricas (correspondiente a ciudades de 700,000 a 7’000,000 de habitantes) mediante procesos sustentables y “amigables” con el medio ambiente, limpiando y renovando energía.

Ejemplo: una ciudad o municipio con 1.5 millones de habitantes que genere 3,000 toneladas de basura, puede obtener, entre otros productos, los siguientes:

• 50 millones de galones de etanol (alcohol etílico)
• 1 planta eléctrica de 255 MWPH (Mega Watts Por Hora)
• 100 millones de galones de agua destilada

Convierten los desechos animales en energía eléctrica

Estas empresas desarrollan varios proyectos en el área de los desperdicios, con los que pueden convertir desechos animales y basura en general en energía eléctrica, y aguas residuales, en etanol y agua potable. También ofrecen al mercado local agua destilada, gas metano, gas propano, diesel, carbón negro, metales y gravilla para la construcción o la agricultura. Además, generan empleo en sus plantas para técnicos e ingenieros.

Igualmente, eliminan el nuevo tipo de residuos electrónicos que provienen de dispositivos que han llegado al final de su vida útil, pero que sus componentes aún contienen elementos dañinos para la salud

Algunos especialistas en el tema señalan que los métodos actuales para resolver el problema de la basura, no son las adecuadas y destacan porqué:

• Los tiraderos de basura y rellenos sanitarios generan malos olores y contaminan el suelo y el agua a su alrededor.
• La incineración sólo se realiza a gran escala y únicamente elimina entre 60% y 70% de los desperdicios, dejando residuos peligros, humo y malos olores.
• Los tratamientos de aguas residuales y lodos resultan extremadamente costosos y los lodos no tratados se traducen en contaminantes.

El DF no tiene la herramienta para resolver el problema

El Distrito Federal y su área metropolitana tienen, como muchas otras ciudades del país, el problema de cómo resolver el destino final de los desechos. Ha habido muchas campañas publicitarias, gobierno tras gobierno, desde “ponga la basura en su lugar”, allá en el comienzo de los años 70, hasta ahora, que por ley, se deben  “separar la orgánica de la inorgánica”.

Para el especialista en el tema, José Ángel Mora Reyes, la solución que la sociedad (y la autoridad) da actualmente al asunto de los desechos es bastante primitiva: apartarlos de su vista arrojándolos o enterrándolos para ocultar el problema.  

La solución más “socorrida” fue la de enviarlos a las afueras de la ciudad, en “tiraderos al aire libre”, que con el crecimiento urbano iban quedando dentro del perímetro de la misma urbe, para volverse a desplazar hacia afuera. En el caso de la ciudad de México, estos tiraderos eran recubiertos de tierra y lotificados para desarrollos habitacionales. La Colonia del Valle, al sur del Distrito Federal, en otras épocas fue un basurero, expone.

Se podría llenar el estadio Azteca

De todo el mundo, México --con sus más de 30 millones 733 mil toneladas al año (84 mil 200 toneladas diarias) ocupa el décimo lugar entre los países que más basura generan en el mundo. Estados Unidos ocupa el primero. Aunque estos desperdicios no son ni la mitad de lo que se genera en EU y Europa, serían suficientes para llenar por dos semanas, hasta el borde, el Estadio Azteca, dimensiona.

Datos oficiales afirman que en 1997 la Zona Metropolitana del Valle de México generaba diariamente 20 mil 166 toneladas de residuos sólidos, 11 mil 140 en el Distrito Federal (en 2010 llegó a 1,791,405) y 9 mil 26 en los municipios metropolitanos del Estado de México, que corresponden a 1.04 kilogramos por habitante cada día. En la Zona Metropolitana del Valle de México viven más de 19 millones de personas en una superficie menor a 3,500 kilómetros cuadrados, de los cuales 115 kilómetros corresponden al área urbana.

Los desperdicios domiciliarios representan la principal fuente de generación de basura con 48.13% del volumen total y los comerciales, servicios especiales y otros participaban con 51.87%.

Se afirmaba que la ciudad de México generaba en dos días 22 mil 840 toneladas de basura, equivalentes al peso total de la torre Latinoamericana.
Actualmente, el DF tiene 15 mil trabajadores de limpieza y 2,449 vehículos recolectores, mismos que no alcanzan para mantenerlo limpio.