Entre más tiempo pase más difícil será zafarse de las garras de la narcoviolencia, ya que con el ejército y gobierno cómplices siembran un miedo intencional que paraliza y distrae a la gente, mientras la dictadura se impone.
Sinaloa: un anticipo a lo que viene
Si quieres saber cómo será vivir en poco tiempo, Sinaloa nos muestra ya el próximo futuro con variaciones en cada región del país.
Puede costarte trabajo creerlo si no ha sucedido donde vives; al saber del éxodo de chiapanecos a Guatemala pensábamos que estaba muy lejos, sin embargo, aquí estalló una bomba de relojería causando estragos múltiples, ahora con un efecto inédito: no sabemos cuándo parará.
Aprovechando, los delincuentes comunes se soltaron con secuestros exprés, roban autos a mano armada y otros serios delitos, además las extorsiones narcas: cobros de piso, controlar negocios y demás, lo que crecerá al extender sus territorios, ni lo dudes, y menos con la inútil Guardia Nacional sin policías.
Aquí los narcos mandan y abunda el nepotismo con un Congreso dócil al presidente y al gobernador. Un estado títere pues, consecuencia de un narco país fallido ante una población asustada y otra indiferente.
La cruda realidad
A todos los que creen que el narcotráfico se justifica por su derrama económica a pesar de las continuas muertes entre ellos, a los que aplauden el régimen de abrazos, a los que lavan dinero, pero detestan a los narcos, a los que creen que cada región paga su karma, a los que fomentan la narco cultura, los balazos zumbando, las explosiones, los llantos de las madres desgarradas buscando a sus hijos, como sucede, pueden tumbar sus creencias, aunque la distancia sea su escudo.
La realidad del narco estado es mucho peor de lo que parece. Qué país tan mediocre social y políticamente vivimos, y lo peor: nos hemos mal acostumbrado.
Dureza, compasión y optimismo
Conversando con un especialista del sector privado aplicado a buscar la paz en Sinaloa supe, cuando se quebró su voz y habló su corazón, que es imposible resolver la narco delincuencia. Es así porque aparte de la fuerza policiaca y militar quirúrgica para no dañar civiles, hay 2 ingredientes de los que nadie habla: la compasión y el optimismo realista que busca atacar sus raíces con la llamada Paz Positiva.
En efecto, si no te duelen en carne propia las desgracias ajenas, será imposible encontrar soluciones a este cáncer social que el gobierno, en complicidad con los mandos del Ejército y los narcos, no resuelven a fondo, pagando la ciudadanía las atroces consecuencias, como en una guerra.
Además el daño económico, las inversiones extranjeras detenidas y el cierre de más negocios suman pobreza. “La 4T necesita de los pobres, ellos votan por nosotros”.
Me preguntan amigos extranjeros “¿Cómo es posible que puedan vivir así?”. Otra: "¡Es terrible lo que les pasa!”. El mundo no asimila cómo los mexicanos se matan entre ellos mismos con tanto salvajismo. Yo tampoco lo entiendo.
Y menos se entiende cómo es que los padres permiten a sus hijos sumarse al narco, que pronto les cobrará la vida. Los caídos a diario no los desaniman. Viven en “un mundo raro” animados por el dinero, los autos, drogas, corridos, armas, cerveza y mujeres.
De dónde vendrá la solución
¿Del gobierno o del ejército? La solución necesita otros ingredientes, veamos. En la escuela secundaria el grupo se volvía indisciplinado ante unos profesores, pero con otros guardábamos la compostura automáticamente ¿La causa? La autoridad del profesor.
En efecto, la autoridad moral del gobernante no tiene sustituto, o gobierna o no gobierna. Ahora bien, el hecho de tener el poder no garantiza gobernar, ya que los narcos mandan en sus regiones.
Cuando Margaret Thatcher ganó las elecciones, los ingleses por iniciativa propia y por patriotismo, bajaron los precios de sus productos y servicios. Roosevelt, en Estados Unidos, propuso con su liderazgo “The great deal” para sumar intereses en el afán de resolver la Gran Depresión. Esos líderes valiosos están en la sociedad.
Urge unirnos
Entendámoslo de una vez por todas: o la sociedad asume su responsabilidad y se une para buscar con inteligencia, proponer y presionar al gobierno con soluciones, o aumentará el caos en una dictadura de la que podríamos tardar lustros en salir... sí es que salimos.
Por eso, la prisa en desmantelar el Poder Judicial; con jueces a modo y de los narcos la sociedad queda indefensa. Elijamos la ley, no la barbarie.
Una triada de complicidad
Pero ¿cómo romper esa complicidad? Gracias a la impunidad, los narcos y malandrines se multiplican y circulan con sus carros blindados ¿sin ser vistos?
Después del terrorismo del “Culiacanazo 1” no había órdenes de aprensión contra las cabezas, hasta que la DEA presionó y vinieron sigilosamente por algunos junto con el Ejército.
La autoridad moral facilita que la sociedad se auto componga, como el grupo de alumnos de secundaria al que me referí. Al gobernarnos tantos corruptos los valores morales cayeron al suelo y esperan ser rescatados.
El miedo como arma política
El gobierno permite o alborota como avispas a los narcos para sembrar terror con el pretexto de que se maten entre ellos.
Así, una sociedad humillada va doblando la cabeza y dignidad, y ocupados en salvar su vida dejan de protestar por los fraudes electorales, por el desmantelamiento del Poder Judicial y no intentan impedir que a la Guardia Nacional la controle una persona y esperan piedad y dependencia de la nueva presidencia que, encima les dará más dádivas para comprar su lealtad.
Se trata de imponer a como dé lugar la revolución al costo que sea, aunque se endeuden más los gobierno y quiebre la economía si así seguimos. Al fin que por balazos no paramos.