Muchas actitudes de los niños y adolescentes son estimuladas en gran parte por determinadas influencias de la sociedad de consumo a la que pertenecen. A través de la publicidad y los medios de comunicación se generan “necesidades” que en realidad son superfluas. De este modo se fomenta el deseo de gastar cada vez más, en vez de gastar mejor.
Dos renombrados pedagogos, José Antonio Alcázar y Fernando Corominas, recomiendan que los hijos vivan la sobriedad y no vivan esclavizados a los bienes materiales ya que esto forma parte de las perennes enseñanzas que quedan grabadas en sus mentes y se transmiten de generación en generación.
Concretamente señalan algunos consejos prácticos sobre el uso del dinero que, sin duda, es un tema clave en la formación de los hijos:
1.- De ordinario, que los hijos no dispongan de excesivo dinero porque se acostumbrarían a despilfarrarlo en cosas demasiado superficiales. Se trata de conseguir como objetivo el que sepan apreciar lo que vale el dinero y lo que cuesta ganarlo.
2.- Enseñarlos a no gastar el dinero de inmediato, de una manera compulsiva, sino que aprendan a valorar las distintas ofertas, a comparar precios, etc. Es decir, fomentarles el saber comprar de manera inteligente.
3.- Que aprendan a ahorrar de su ingreso semanario. Algunas veces es conveniente decirle a un hijo que pide que se le compre un juguete: -¿Qué te parece si la mitad de lo que cuesta lo pagas con tus ahorros y la otra mitad la pago yo de mi bolsillo? Porque el hecho de ayudarlos a tener un sentido del ahorro, a saberse privar momentáneamente de algo que resulta apetecible, para gastarlo después con acierto en algo más perdurable o valioso, ayuda a enreciar el carácter y fortalecer la fuerza de voluntad.
4.-También es conveniente animarlos a que ahorren no sólo para ellos mismos, sino que -por ejemplo- cuando se acerca el santo o el cumpleaños de sus abuelos, de sus hermanos de sus padres, colaboren a hacerles un sencillo regalo o que practicar la limosna con una persona indigente o apoyar a alguien que lo necesita.
5.- De la misma forma, es formativo que se acostumbren a llevar una pequeña y sencilla cuenta de sus gastos mensuales. Así aprenderán a administrar su dinero y a valorar el esfuerzo de sus padres por conseguir los medios económicos.
6.- En las vacaciones escolares, es recomendable que los hijos mayores realicen algún tipo de trabajo ocasional y se ganen –por sí mismos- su primer sueldo, aunque sea muy modesto. Esto no lo olvidan y les queda como un recuerdo aleccionador.
Por ello, es conveniente que los hijos descubran que el dinero no es un fin en sí mismo ni tampoco un medio ordenado directamente a la búsqueda del placer inmediato, sino que entiendan que el uso y la adquisición de los bienes materiales debe redituar en su propio bien como personas y en el bien de los demás.
